Conclusiones

conclusiones 

Normalmente todos los indicadores logísticos o KPI’s se calculan para un rango de fechas concreto ya que variarán bastante dependiendo del período temporal determinado que seleccionemos para su estudio.

Lo que sí que podemos afirmar es que sin el uso de indicadores de gestión estamos ciegos ante la marcha de las operaciones logísticas de nuestra empresa. No podemos determinar con precisión ni las acciones de mejora a emprender, ni el punto exacto en el que estamos. Los KPI’s son los que permiten la visión, la mejora y la retroalimentación del sistema. Esta última es la que impide el deterioro gracias a que podemos cotejar los indicadores de los resultados obtenidos con los iniciales y poder así valorar el índice de progreso de cualquier proyecto de mejora.

No es necesario ser un gran matemático para llegar a controlar la gestión a través de indicadores. Podemos realizar cálculos muy sencillos que nos ayuden eficazmente sin tener que recurrir a complejos modelos matemáticos y laberínticos algoritmos. Por ejemplo, una manera tremendamente sencilla de obtener una visión, referencia a referencia, del equilibrio en nuestro almacén entre entradas y salidas consiste sencillamente en dividir el total de unidades salidas entre el total de unidades entradas (Ejemplo: unidades vendidas/unidades recibidas) en un período seleccionado. Cuanto más se acerque esta cifra a la unidad significará que estamos más equilibrados, por debajo de uno, este cociente nos estará indicando que nuestras entradas superan a nuestras salidas y resultados superiores a la unidad indicarán justo lo contrario. Un indicador versátil que puede aplicarse a producción, almacén, compras, ciertas áreas que nos interese vigilar en este sentido, etc.

Los indicadores logísticos nos permiten demostrar de facto el grado de consecución de nuestros logros, algo determinante si hablamos de conseguir objetivos concretos que nos vienen marcados por la estrategia empresarial. Además, muestran la causa raíz de las variaciones producidas entre lo planificado y lo logrado en cualquier mejora, permitiendo emprender acciones correctoras enfocadas a una solución concreta y medible para que dicha mejora perdure en el tiempo y nos permita avanzar.

Los KPI’s son como unas gafas de visión nocturna que nos permiten ver dentro de la oscuridad de los procesos de la empresa, cuanto mejor los usemos, cuanto mejor graduadas estén nuestras gafas, obtendremos una visión más clara y a más distancia.